giovedì, marzo 27, 2008

Mínimas de San Martín para su hija Merceditas


La muerte prematura de su madre Remedios de Escalada de San Martín, y los constantes viajes de campaña de su padre Don José de San Martín, otorgaron a Merceditas una educación deficiente fundamentalmente a cargo de sus criadas. Conciente de esto, durante un viaje a Europa que realizara San Martín en 1824, el general decide afrontar lo que quizá sería la batalla más difícil de su vida: educar a la bestia intratable en que se ha convertido su hija. En esta época escribe las Máximas, que desde su aparición han ocupado los primeros puestos del Ranking de Anécdotas Nacionales. En esa misma ocasión, escribió las que ocupan un puesto mucho más bajo en la tabla, entre los Consejos de Sarmiento para el cuidado de los libros y la Receta para hacer dulce de leche sin querer de la madre de San Martín. Se trata de las Mínimas del General San Martín para su hija Merceditas, que transcribimos a continuación porque son pocas:

1- No intentarás alcanzar la punta de tu nariz con la lengua aunque tus amigos lo hagan y se pueda.

2- Habla poco, y que sea preciso.

3- No te sacarás la cosita negra de entre los dedos de los pies, y menos ahora que estamos en Europa.

4- Obedecerás a tu padre incluso en las decisiones más aberrantes.

5- No realices baños de inmersión, derrocha una cantidad de agua equivalente a la necesaria para 1500 cactus durante 1 año.

6- Comerás lo que haya para comer, o sino no comerás nada.

7- No te quedarás mirando cuando por la calle te cruces con tuertos, rengos, mancos, ciegos, jorobados, mujeres con pelos en la cara, obesos, personas con verrugas grandes, personas que caminan gracioso, Alsina, siameses, pobres.

8- Te afeitarás la cara todas las semanas.

9- No insistirás a tu padre en eso de que te dé un hermanito, puesto que su esposa ha muerto.

10- No volverás a decir que la revolución de Francia fue mucho más pintoresca y entretenida que la que hizo tu padre.

11- No uses esa palabra horrenda tan de moda ahora, endijpué, que usan todos los chicos de tu edad. Y en vez de decir siempre un cristiano, puedes usar otras expresiones como el caballero, o el señor, o mi padre, o el virrey, etc.

12- Libertar Chile no fue “para cagada”.

13- No dirás “Cabral hubiera dicho que sí”, ante una negativa de tu padre.